lunes, 17 de septiembre de 2018

ESA PARTE DE MI VIDA SE LLAMÓ FELICIDAD

Hoy a casi 4 años de haberte conocido, me atreví a buscar en nuestra conversación unas fotografías que me habías tomado. Por supuesto no pude limitarme únicamente a buscar dichas fotografías y guardé varias tuyas (de esas que me dejaban babeando por horas y/o me sacaban una inmensa sonrisa) de las dos (donde ya me es muy dificil recordar como es que mi cuerpo fue capaz de contener tanta felicidad) y varias mías donde a pesar de no estar algunas de ellas en el mejor ángulo, la sonrisa que  me dibujaba el saber que te la enviaría a ti, hacía que me viera simplemente hermosa.  

Debo confesar que a pesar de haberlas visto con relativa tranquilidad (no sin dejar escapar unos dos que tres suspiros) es decir sin derramar ni una lagrima, ni sentir coraje o nostalgia, supongo que a mi cuerpo no le pasó lo mismo y tengo un dolor de cabeza terrible. Mi primera reacción fue apagar la computadora e irme a dormir, pero si no me conoceré que era probable que solo diera vueltas en la cama con todo el impacto que ver dichas fotografías le haya generado a mi mente, porque supongo que de ahí viene el dolor de cabeza. 


Supongo que el tiempo y mis intentos por olvidarte y dar vuelta a la página hicieron que olvidara lo rápido que me enamoré de ti y lo fácil que fue entregarme por completo, pero las fotografías y las fechas no mienten, a la tercera vez de haberte visto (de verdad es impactante) fue que nos tomamos las fotografías mas "comprometedoras" que jamás me había tomado con alguien más. Pero bueno el dolor de cabeza supongo refleja el dolor constante que a veces va y a veces viene pero siempre regresa de que me hayas borrado por completo de tu vida cuando para mi significaste la vida entera. 

Ya sé soy super dramática, super intensa, super entregada para "cosas" que en realidad simplemente se esfumaron en el tiempo y que a lo sumo me llegan a sacar una sonrisa de vez en cuando y que sólo se convierten en recuerdo eventualmente, pero oh sorpresa el ejercicio de vomitar lo que pensé en letras está sirviendo y el dolor comienza a bajar, al menos el de la cabeza (y el otro también). 


Y es que no fue solo tu sonrisa, era también la mía cuando estaba contigo, que de repente se vuelve a asomar pero que no se decide a quedarse. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario